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Ferias en Mallorca en otoño: todo un must en la isla

Escrito por Diana Pons | 07-12-2022

El otoño en Mallorca es sinónimo de fiesta y ferias. Muchos pueblos de la isla celebran mercados y mercadillos de un solo día en el que sacan a la calle infinidad de productos  normalmente gastronómicos. ¡Las ferias en Mallorca son una delicia para todos los sentidos!

Gastronomía típica del otoño en Mallorca

Para los amantes de la gastronomía, el otoño es una estación muy deseada porque es la época de determinados alimentos muy apreciados por los mallorquines. Por ejemplo, los buñuelos son unos dulces muy típicos de la isla hechos a base de patata y boniato, y que se comen con motivo del Día de las Vírgenes, el 21 de octubre. Otro alimento típico en estas fechas son las castañas, que se comen cuando empieza el frío. De hecho es común encontrar paradas de vendedores ambulantes de este fruto, que se vende tostado al carbón y sabe riquísimo. 
Tanto los buñuelos como las castañas son productos que suelen estar presentes en las ferias que se celebran en otoño en la isla, en total algo más de 40. Aquí les hacemos un resumen de las más concurridas y populares. 

Feria del Dijous Bo de Inca

Popularmente conocida como la “Gran feria de Mallorca”. El Dijous Bo es la feria o mercado de un día más famoso de la isla. Se celebra en la ciudad de Inca, ubicada en el centro de Mallorca, el cuarto jueves después de la fiesta de San Lucas. 
El Dijous Bo convierte Inca en el punto de encuentro de mercaderes, comerciantes, artesanos, turistas y curiosos venidos de todas partes, en un mercado con un ambiente excepcional de fiesta.
Inca se convierte en un inmenso mercado donde disfrutar de tradiciones y costumbres mallorquinas. En la feria se pueden encontrar todo tipo de productos típicos de la gastronomía balear y, sobre todo, los derivados de la matanza del cerdo negro mallorquín.

Feria de Artesanía de Pollença

Esta feria en Mallorca una muy buena oportunidad para encontrar regalos únicos para Navidad. Y además se apoya al pequeño comercio y a los artesanos mallorquines. Ubicada en el norte de la isla, Pollença es una localidad costera con muchísimo encanto. Visitar el pueblo durante la feria es una oportunidad que no debe dejar escapar si visita Mallorca en otoño. 

Feria de la Oliva de Caimari

El aceite de oliva de Mallorca es un producto con denominación de origen y muy apreciado por todos aquellos que lo han probado. La feria de la oliva es un muy buen lugar para degustar aceite virgen de oliva de todo tipo. Se celebra en la preciosa y pintoresca localidad de Caimari, ubicada a los pies de la impresionante Serra de Tramuntana. 
Y en honor al aceite y a la oliva, la plaza del pueblo se llena de puestos repletos de productos que giran en torno a este fruto, ¡Incluso helado con sabor a aceite! 

Feria de la Miel de Llubí

En esta feria todo gira en torno a la miel y a las abejas. La localidad de Llubí, ubicada en el corazón de la isla, se viste de fiesta y en todas sus calles y callejuelas más céntricas hay pequeños puestecillos donde se venden diferentes tipos de miel, así como cosméticos hechos con este producto. Una feria imprescindible para los amantes de la apicultura. 

Feria de las Setas en Mancor de la Vall

Es una de las ferias en Mallorca más peculiares. Visitarla le permitirá descubrir todo sobre la famosa variedad mallorquina de setas, popularmente conocida como “esclata-sang”, muy preciada en la isla. 
Este producto estacional se prepara de muchas maneras diferentes para su degustación y son muchos los platos de la gastronomía típica mallorquina que incluyen el preciado producto. En la feria hay numerosos puestos donde se podrán saborear muchos tipos diferentes de setas; y se lleva a cabo un desfile tradicional conocido como "La Nit del Foc". 

Feria del Vino de Santa María del Camí

En esta feria los visitantes conocerán los viñedos de la región y podrán participar en una cata de vinos.
Fije en su calendario las fechas de celebración y no dude en visitarlas si tiene la suerte de estar pasando unos días de descanso en Mallorca. Descubrirlas y saborearlas es una muy buena manera de disfrutar de los pequeños placeres como hacen los auténticos mallorquines.